
BON DÍA COMUNIDADE:
Aquí estoy nuevamente muchachos. Tuve un día agitado ayer porque fue un día especial, el de la "quema de cerámica". Ya les contaré de esos eventos en mi columna "DESERTÍCOLA PHILL" pues es muy entretenido. Denme tiempo, eso sí, pues no puedo ir al ritmo del Chele.
Buenas las fotos de TWIN PEAKS!!!... dónde las consigues Chele.
Espero ansioso por los capítulos.
Qué bueno que la golda leyó la cartita. La verdad es que con esta tecnología el correo convencional no lo ocupo hace años.
Bien muchachos espero que, aparte del Chele, estén leyendo las entregas. Tu también Robinson. Atención Chalfones hay nueva publicación en mi super columna "COCINA CHILENA" y a continuación otra entrega más de mi infartante relato.
INFARTO PREMEDITADO parte 8 Por Mario
Ya les contaré –antes, seguiré creando expectación- cómo también, una idea algo ridícula, nos hace volver o permanecer bajo las normas de este mundo. No escogemos nuestro comportamiento, decía, en los minutos difíciles -lo digo excluyendo a los sabios de verdad- si no que nos entregamos a una loca improvisación donde ponemos en escena nuestro mejor aprendizaje. Las gentes que se van durante el sueño nos provocan algo de admiración o asombro. Eso de morir sin las evidencias del martirio lo consideramos como un premio que se recibe y nos estimula la ilusión de que nuestro momento sea premiado también, a pesar de que no falta el envidioso que opina que morir de esa manera nos hace vagar en la forma de espectros pues nos convertimos en almas ignorantes de su nuevo estado. Pero, mirado de otra manera, ahorrarse la agonía es como lo que un actor llamaría “no salir a escena” en el momento de máximo protagonismo. Sin embargo, sobrevivir después de realizado el acto dramático de la agonía lo pone a uno en una situación no poco incómoda pues, la expresión “estuve a punto de morir” es del todo inaceptable aún si alguna declaración semejante ha salido alguna vez de mi boca, pues nadie que no haya muerto puede de verdad decirlo y, como eso es un contrasentido, simplemente la “frasecita” es una estrategia con la que buscamos catapultarnos como héroes y adquirir por puro gusto algo de distinción. Verdaderamente, “estar a punto de morir” es un estado permanente y común a todo ser vivo pero es una idea que no vale la pena. El que quiera vivir en una constante situación de emergencia que lo haga, sin duda, no es lo mío: nada hay que inhiba mejor la capacidad de gozar que pensar de esa manera. Agradeciendo la buena voluntad que tienen para comprender de buena forma esta idea, que no estoy seguro de haber expresado correctamente, les puedo decir que viví un “simulacro de muerte” del cuál les haré –atención golosos- el mejor recuento del que sea capaz, dando por cerrado este infartante relato. Me ahorraré comentarios posteriores por respeto, claro, a las sobradas capacidades de todos ustedes de aportarse a sí mismos mejores datos de los que yo podría proporcionarles, pero también porque hay que poner un punto final a una historia que, como ya dije, podría no tener fin. (Continuará)
Bien muchachos, esa fue mi infartante entrega. Visiten "cocina chilena" hay novedades, Marcelo, por cierto publicaré recetas en futuras entregas, será la delicia de grandes y chicos. Espero noticias, díganle al monin que escriba, él lo hace muy bien, debiera tener una columna bien nutrida. Saludos a la madre y a mi Antonia que es lo más lindo del mundo. Saludos a sus mujeres. Los tengo en mis oraciones.
En la foto: Lo sé. esta imagen debiera estar en "mente psicópata". Otro de mis autoretratos, esta vez es mi talón. La tierra y el clima prodcen esas heridas muy dolorosas y que no cicatrizan nunca. Ahora que se acercan los frios del invierno sucede algo parecido en las puntas de los dedos, para mí que so computín es un verdadero martirio. Espero que les guste la fotito. JUA JU JA JUA JUA