
Queridos Chalfones:
Desde este cuartito del hospital psiquiatrico entra un bien facetado rayo de luz extrapsíquica que añade a esta continua media sombra una brillantez esperanzadora que me tiene un poco confundido. A veces me equivoco, como en lo del carteo perruno, pero mi analista -que me ha nombrado como un paciente sin interés clínico- dice que son errores del orden vulgar y que no acusan trastornos graves. Sin embargo, de no ser por ese error no me habría hecho ver por el aburrido especialista. Tengan cuidado los que van al consultorio por molestias simples como un dolor de estómago que pueden salir amputados y quizás por error.
Chelo, a propósito, nada bien eso de tu electro... por favor cuidate mucho, ojo con los cambios bruscos de actividad física. No estaría mal que te metieras a un plan de FONASA paa que no sufras lo que yo. Te costará como $26.000 mensuales pero podrás atenderte con doctores de la gran mafia que a veces no es malo.
Goldo, qué pasa con la orientación tecnológica. Queremos fotos de la Antonia en el Blog los demás brothas sólo publican mounstruos y yo, fotos mías así que el ranking de simpatía está por el suelo, de no ser por la hermosa gritona de la foto de abajo esto sería realmente terrible. Quiero saber cómo vá lo de tu mal, cómo te has sentido, etc, por favor mantenme informado.
Geral, no sé cómo elaboré esa extraña idea en la cabeza, pero es sólo eso. Espero que te encuentres bien de salud y de ánimo.
Maca y Seba... el Chelo tiene razón, si tienes algun problema para entrar al blooooog
cuéntanos paa ayudarte.
Mamá, cómo está querida Golda, el otro día no me reconociste por teléfono. Veo que el tiempo que llevo en este destierro está haciendo mella en los códigos más simples de la conexión FAMILY. Tendré que solucionarlo intensificando mi presencia por lo menos en el club.
Robinson, si estás aquí... presiona una tecla... si no estás... tira la cadena!!!!
Bueno, a pedido del pueblo... otro capítulo de esta infartante historia que los tiene atrapados en una gran espectación.
INFARTO PREMEDITADO por Mario
Seguía corriendo y sentía mi corazón en todo el cuerpo como una pulsación endiablada, profunda y sin ritmo que me hacía temblar a cada impacto. Estuve así desde, más o menos, las cuatro y media de la mañana de un domingo y como a eso de las cinco y media, cuando ya pisaba un nuevo peldaño desconocido de mi suplicio, mi amada se despierta gracias a las voces delirantes que nacían de mí pero sin mi voluntad. El dolor persistente que sentía en el cuello se repartía lento con la velocidad en que una mermelada espesa e hirviente se derrama por los brazos sin que uno nada pueda hacer. Imagino que eran mis pensamientos los que se convertían en palabras, murmuraciones o lamentos sin forma, simples sílabas que yo no ordené a mi voz pronunciar y que mi hermosa mujer comprendió inmediatamente. Ella también ha esperado ese momento y seguramente se ha preparado para tener el valor de enfrentarlo debidamente pero, al igual que yo, lo más probable es que nada de lo previsto se haya despertado a la conciencia en esta circunstancia. Recuerdo haber pensado, como si fuera un rezo repetitivo, “no puedo más”, es posible que lo haya dicho también porque algo decía aunque yo no quería hablar. Lloré también involuntariamente. Pena y miedo sentí como un grito que se escucha a lo lejos, pero ese llanto no era de esa pena ni de ese miedo. Siempre he sido llorón, es verdad, pero esta vez las lágrimas son de mi cuerpo. Yo no pensaba que me estaba muriendo, mi mujer me preguntaba a cada instante si me llevaba al consultorio – el único lugar donde uno puede recibir alguna atención por estos lados- y yo, con el movimiento de cabeza que es apropiado, le decía que no. Quiero decir con esto, que lo que ahora me parece negligente, en su momento demuestra que, aunque me enfrenté a un momento de gran proximidad, mi mente no se comportó como si se estuviera muriendo. Parece que algo en mí, naturalmente y sin ideologías, se comporta como si fuera eterno. No sé si sucederá así con toda la gente ni si me volverá a pasar de esta forma, pero, y si estuviéramos condicionados a no creer que morimos, por qué sería así, acaso realmente permanecemos en algún otro estado. Me dan ganas de extenderme en este punto que da lana suficiente para arroparse en múltiples reflexiones pero me impuse un compromiso con vuestra paciencia y buena disposición. Estábamos en que no iba al consultorio y esa idea es estúpida pero ir tampoco tenía mucho sentido pues, estamos en San Pedro y el único consultorio que aquí hay, un domingo de madrugada, simplemente no está abierto. No pensé en eso entonces, pero, visto hoy, hubiese sido peor. Con la única ganancia de creer “haber hecho lo posible” hubiera realizado un esfuerzo demasiado grande para llegar allá a nada y quizás – no hagamos más suposiciones gratuitas- el simulacro no hubiera sido tal. Con el engaño de creer estar huyendo de “la que ríe” habría terminado yo mismo yendo a golpear su propia puerta. (Continuará)
Bueno psicodélicos... en la foto, otra de mi colección de celebridades, esta vez la celebridad es la guitarra pues es una guitarra actriz. El instrumento en cuestión actuó en la película "El Chacotero Sentimental" y es la que utiliza el actor Rodrigo Muñoz en su historia. Véanla y compárenla!!!!
Hasta la próxima esquizoides!!!!!!!