
Queridísimos Chalfones:
Me alegra mucho saber de ustedes a trevés de esta humilde página cuyo lema es hacer familia a pesar de las distancias. Esto cobra mucho sentido cuando uno se encuentr con fotos que tienen que vr con el rodar cotidiano de la familia. Me emociona especialmente ver lo grandes que están los sobrinos y que existe comunicación con todas las partes dispersas de la familia. Sebastián está impresionantemente grande y la Macarena se ve muy "maja" como dice la tía Poli. Marcelo, veo que has cultivado un look muy particular. Es cierto, hipnotizado por la hechizante colección de fotos familiares, se me hizo invisible el esperado primer capítulo de "mente psicópata". Viene muy bien sabiendo lo que pasó en Virginia City. Otra cosa, si pienso que nadie nos lee es porque ningún colipato comenta nada, pero tienes razón, escribir al aire caigan donde caigan las palabras es un acto de gran libertad. Recuerdo que una vez acompañado de un gran amigo le arrojamos a viva voz unos versos al oceano y no sucedió nada, ni cambios en la marea ni cormoranes ni olas rompedoras... nada, pero fué una experiencia extraordinaria. No estoy de acuerdo con eso de haber sacado aquellas fotos, quizás necesites otra columna para ese fín, ya sabes, la podemos preparar rapidamente. Gerardo, es excelente verte nuevamente en este espacio, me llevaré tus escritos para la casa pues necesito entenderlos bajo la guía de un diccionario. Siempre he pensado que debieras tener una columna pues con todo ese talento literario que tienes es injusto que aún no sea una realidad. Me parece que tienes un gran tma con eso de las apuestas y la prediccion de probabilidades. Veo que estás preparando sushi, soy un verdadero adicto y estoy preparando un artículo especilmente dedicado al tema que será publicado en "cocina chilena", sabemos de tus inclinaciones culinarias, si quieres publicar un artículo en mi sección será bien recibido. Otra cosa, veo que has publicado unas muestras de una colección particular de fotos de Robinson, lo que me hace pensar que mantienes un contacto actual con nuestro hermano, quizás podrías ponernos al tanto de sus cosas, dentro de lo que la prudencia recomienda, por supuesto.
Ojalá que la Maca y el Seba nos estén visitando, y encuentren algún contenido interesante para ellos.
A continuación un nuevo episodio de este infartate relato:
INFARTO PREMEDITADO 10ª Parte por Mario
Seguía corriendo y sentía mi corazón en todo el cuerpo como una pulsación endiablada, profunda y sin ritmo que me hacía temblar a cada impacto. Estuve así desde, más o menos, las cuatro y media de la mañana de un domingo y como a eso de las cinco y media, cuando ya pisaba un nuevo peldaño desconocido de mi suplicio, mi amada se despierta gracias a las voces delirantes que nacían de mí pero sin mi voluntad. El dolor persistente que sentía en el cuello se repartía lento con la velocidad en que una mermelada espesa e hirviente se derrama por los brazos sin que uno nada pueda hacer. Imagino que eran mis pensamientos los que se convertían en palabras, murmuraciones o lamentos sin forma, simples sílabas que yo no ordené a mi voz pronunciar y que mi hermosa mujer comprendió inmediatamente. Ella también ha esperado ese momento y seguramente se ha preparado para tener el valor de enfrentarlo debidamente pero, al igual que yo, lo más probable es que nada de lo previsto se haya despertado a la conciencia en esta circunstancia. Recuerdo haber pensado, como si fuera un rezo repetitivo, “no puedo más”, es posible que lo haya dicho también porque algo decía aunque yo no quería hablar. Lloré también involuntariamente. Pena y miedo sentí como un grito que se escucha a lo lejos, pero ese llanto no era de esa pena ni de ese miedo. Siempre he sido llorón, es verdad, pero esta vez las lágrimas son de mi cuerpo. Yo no pensaba que me estaba muriendo, mi mujer me preguntaba a cada instante si me llevaba al consultorio – el único lugar donde uno puede recibir alguna atención por estos lados- y yo, con el movimiento de cabeza que es apropiado, le decía que no. Quiero decir con esto, que lo que ahora me parece negligente, en su momento demuestra que, aunque me enfrenté a un momento de gran proximidad, mi mente no se comportó como si se estuviera muriendo. Parece que algo en mí, naturalmente y sin ideologías, se comporta como si fuera eterno. No sé si sucederá así con toda la gente ni si me volverá a pasar de esta forma, pero, y si estuviéramos condicionados a no creer que morimos, por qué sería así, acaso realmente permanecemos en algún otro estado. Me dan ganas de extenderme en este punto que da lana suficiente para arroparse en múltiples reflexiones pero me impuse un compromiso con vuestra paciencia y buena disposición. Estábamos en que no iba al consultorio y esa idea es estúpida pero ir tampoco tenía mucho sentido pues, estamos en San Pedro y el único consultorio que aquí hay, un domingo de madrugada, simplemente no está abierto. No pensé en eso entonces, pero, visto hoy, hubiese sido peor. Con la única ganancia de creer “haber hecho lo posible” hubiera realizado un esfuerzo demasiado grande para llegar allá a nada y quizás – no hagamos más suposiciones gratuitas- el simulacro no hubiera sido tal. Con el engaño de creer estar huyendo de “la que ríe” habría terminado yo mismo yendo a golpear su propia puerta. (Continuará)
En la foto: para coleccionistas especializados, junto a un ícono de la antigua farándula.
Un especial saludo a la mamá, díganle que la quiero y recuerdo mucho y recuerden fletitos, los quiero mucho. Apoyen al goldo chico que está pasando por malos momentos de salud, fuerza goldo y recuerda que este espacio también es tuyo.
Chicos, si están visitando esta ciberfamily, los recuerdo mucho y pronto estaremos en contacto.